ACABO DE LLEGAR.
En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.
Jorge