martes, 29 de enero de 2008

Qué decías? - Cuando? - Ayer!

Realmente, no te oí. Escuchaba, pero no te oí. Se pide perdón por eso? Lo que importa es que te escuchen. Impregnás mis oídos con tus palabras, tus suspiros, tu respiración. El sonido también puede ser sedoso, porque nó húmedo, sensual?
Aunque no te oiga, te intuyo. Y me dá gozo.

ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

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