jueves, 26 de marzo de 2009

Las matemáticas pueden salvar matrimonios y predecir los tumores cerebrales

Brujerías de alto nivel científico? Qué pueden hacer ahora los consejeros matrimoniales, counselors, terapeutas, analistas, anche il prete! Si no sabés resolver una derivada más o menos simple, o sacar la raíz cuadrada de 1345 con lápiz y papel, corrés el riesgo de casarte para divorciarte antes de 12 años.


Si te duele la cabeza, hacete pasar una regla de cálculos por la frente. Es posible que tengas un tumor maligno.


Si te dá que en tu ecuación el resultado final es x= (número primo), no te operes. Si x=0, ya estás terminado, ni gastes en paracetamol. Si el resultado son dos rectas paralelas, seguís hasta el infinito: sos inmortal.

2 comentarios:

  1. El matrimonio es algo tan pero tan delicado, que no debería especularse con condenas y salvaciones.

    Nadie tiene la fórmula perfecta para casarse o no, para divorciarse o no.

    Los seres humanos son entes imperfectos, que buscan incansablemente la felicidad.

    En este tema juzgar o hacer vaticinios es propio sólo de audaces.

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  2. Guillermo De Simone27 de marzo de 2009, 16:26

    Y si empiezan, queridos profesionales por aplicar la estadística para que no esperemos hasta el hartazgo en consultorios incómodos? Me parece más simple y efectivo que predecir la incidencia del juanete en el amor conyugal!

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A quienes quieran agregar comentarios les invito a hacerlo de buena fe, en términos correctos y altura intelectual. No discrimino a quienes no piensan como yo.
Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.

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ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

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