domingo, 5 de julio de 2009

La política, el cambio y la ilusión

MEMPO GIARDINELLI

"Durante la pasada, mediocre campaña electoral -tan colmada de gritos como vacía de propuestas- muchos pensamos que los resultados no iban a cambiar nada sustancial.

Y así fue: el minúsculo triunfo o derrota, según se mire, ni puso en riesgo la gobernabilidad ni abrió horizontes de esperanza. Fueron elecciones legislativas para cambiar la composición del Congreso, pero no por ello iban a cambiar conductas, mañas e incompetencias.

Cambiar requeriría desprendimientos, honorabilidades, gestos, integridad. Nada de eso caracteriza a las dirigencias argentinas: ni las políticas ni las otras.

Lo que viene es el largo derrotero de lo inconcluso, lo frustrado, lo no hecho o mal hecho. Es decir, todo lo que exigiría tener un gobierno menos vacilante y una oposición menos feroz. Pero el paisaje poselectoral no autoriza entusiasmos al respecto.

Más allá de las renuncias conocidas, y las que puedan venir, hay un montón de medidas que el país necesita. Enumero incompleta y velozmente: la urgente asignación universal por hijo que plantean la CTA y 'Pino' Solanas, la nueva ley de radiodifusión, una recuperación ferroviaria que cancele el tren bala y restaure miles de kilómetros de vías, una nueva Junta Nacional de Granos y de Carnes, un nuevo Indec"

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Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.

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ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

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