El peligro del relato único
Parece una pelea entre chicos en el potrero. Claro, ya no hay potreros aptos, pero en su imaginación el ex-presidente en funciones (estoy plagiando) insiste con que él ganó. Que el gol lo metió su cuadro, su gente, amigos de toda la vida y compañeros de parranda como Saadi y Barrionuevo. Tiene razón K, si se comparan los resultados de la semana pasada con lo de 1946, el ganó. Esa imaginación distorsiva de la realidad llevó a más de uno (no político, porsupuesto) al manicomio.
Son las 13:30. Las estrellas titilan y la luna está en creciente.
Hungry? Eat the Rich: de “indignados” a occupiers
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La recién pasada década que aperturó el siglo XXI, y la actual, serán
probablemente recordadas por las generaciones presentes y sucesivas, entre
otras razo...
Hace 13 años
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