sábado, 18 de abril de 2009

CARTA DE EMILIO DESDE DETROIT

Emilio R. es médico pediatra, argentino, fué a Estados Unidos en los 60 con un programa de especialización por dos años. De a poco, por distintas causas que incluye una hermosa familia, se fué quedando. Hizo en Detroit una brillante carrera profesional como cirujano pediatra y mantiene vínculos con nuestro país con algunos parientes, incluyendo un hermano, y con el grupo de compañeros del Colegio Nacional de Buenos Aires. No digo " ex-compañeros" porque nuestra camaradería que empezó en 1947 durará toda la vida.

Emilio está azorado con las noticias que lee en nuestros diarios, los comentarios de sus parientes y este blog. Además no entiende que el Teatro Colón, donde pasó muchas veladas deleitándose con la ópera esté en la caótica situación edilicia e institucional por la que está pasando.

Hoy recibí una carta que daré a conocer aquí, sin haberle pedido autorización al autor, por lo que omito su apellido.

Dice así:

Caro Jorge: Finalmente la compu funciona otra vez, y recibí con mixed feelings tu blog. Yo estoy muy desconectado de la situación en nuestra Zimbawe con nuestro propio Mugabe, pero los envíos que tengo sobre el ambiente político y la acostumbrada corrupción, me dan una básica idea de lo que pasa. He leído con mucha desazón los comentarios de La Nación y los tuyos.No sé qué pensar: aquí mismo ya sabes que la corrupción es rampante, empezando por nuestro desdichado Mr Knollenberg, afortunadamente ahora EX diputado por nuestro distrito, un energúmeno que nunca hizo nada luego de 4 períodos en el congreso. Y todos los demás incompetentes que nos han puesto en el desastre mundial financiero y espiritual. Pero lo que más me deprimió de tu blog es el sumario de la historia del 1930 en adelante, con las deprimentes fotos que me hacen temblar desde que yo tenía 7 años. Y los recuerdos del encantador Sr Friedman, víctima del Kristall Nacht, que apareció en nuestro vecindario, y me hizo conocer la tragedia del odio y la dictadura totalitaria . // Yo no puedo opinar sobre esos vericuetos y manipulaciones políticas a los que vds ven todos los días. No quiero oír de ellos así como no quiero oír el nombre de Hitler o Mussolini, o de otros dictadores posteriores bajo los cuales tú y yo hemos crecido. Yo calculé que viví en el medio de 5 revoluciones, y todavía nada se ha arreglado. Y nadie te escucha. Puedes desgañitarte pero nadie te escucha. Y si te escuchan, los poderosos te anulan, te encanan, te marcan y te arruinan. Cuidate . Pienso que tu voz es la voz de muchos millones de gentes quienes no saben expresar por qué están tan confusos, gentes quienes no han tenido la suerte de ver, como yo, un rico país europeo, con gente inteligente y una civilización que ha desaparecido. Mafalda tenía razón: Alfonsín veía las cosas como nos la habían enseñado en la escuela, y no como eran. Heroe, un gran abrazo. EMILIO

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Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.

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ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

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