jueves, 16 de abril de 2009

La tarde en que Pichetto descolocó a los senadores de su propio bloque

El Senado de la Nación se abocó a la consideración de un proyecto consensuado entre todos los bloques, circunstancia que no es corriente en los tiempos que corren, y los discursos resaltaban la feliz situación del sentimiento solidario que había despertado en la Cámara el tratamiento de la dramática situación que nos aflige por la expansión del dengue, que estaba dispuesta a votar sin votos en contra, la declaración de emergencia sanitaria que posibilita atender en intensidad y extensión el ataque contrala epidemia salvando escollos materiales y seguramente formales. Cuando ya se estaba preparando para votar el Senador Miguel Piccheto luego de atender una llamada telefónica se paró y dijo:

"Como presidente del bloque de la mayoría y del oficialismo, deseo manifestar que nosotros estamos dispuestos a trabajar en lo concerniente al Instituto y en todo aquello que signifique un aporte constructivo, pero no vamos a plantear situaciones de catástrofe en el país que pueden llegar, incluso, a afectar a la Argentina misma, imposibilitando a nuestro país como destino y limitando nuestras posibilidades".

El desconcierto en el oficialismo fue absoluto. Y tras unos segundos, empezó el escándalo. La lógica del desconcierto volvía a imperar.


Me pregunto y dejo a mis lectores la respuesta, las siguientes cuestiones:

1) Quién llamó por teléfono al Señor Senador Jefe de Bloque?

2) Si atender la necesidad de la población afectada por el mal que es numerosa, y la amenazada por el mismo (que somos todos), puede justificar que una mente sana suponga que tal acción puede afectar a la Argentina misma, imposibilitar a nuestro país como destino (sic), y limitar nuestras posibilidades.

3) La enfermedad epidémica para la que no se ha desarrollado ninguna vacuna seguramente podrá afectar a la Argentina misma, imposibilitar a nuestro país como destino (sic), y limitar nuestras posibilidades.

No pretendo ser estúpidamente optimista (creo que todos los tontos son optimistas pero no todos los optimistas son tontos) pero pienso que el norte argentino no vá a apoyar a sus gobernadores y legisladores con su voto ni siquiera para las candidaturas testimoniales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A quienes quieran agregar comentarios les invito a hacerlo de buena fe, en términos correctos y altura intelectual. No discrimino a quienes no piensan como yo.
Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

Etiquetas