"Como presidente del bloque de la mayoría y del oficialismo, deseo manifestar que nosotros estamos dispuestos a trabajar en lo concerniente al Instituto y en todo aquello que signifique un aporte constructivo, pero no vamos a plantear situaciones de catástrofe en el país que pueden llegar, incluso, a afectar a la Argentina misma, imposibilitando a nuestro país como destino y limitando nuestras posibilidades".
El desconcierto en el oficialismo fue absoluto. Y tras unos segundos, empezó el escándalo. La lógica del desconcierto volvía a imperar.
Me pregunto y dejo a mis lectores la respuesta, las siguientes cuestiones:
1) Quién llamó por teléfono al Señor Senador Jefe de Bloque?
2) Si atender la necesidad de la población afectada por el mal que es numerosa, y la amenazada por el mismo (que somos todos), puede justificar que una mente sana suponga que tal acción puede afectar a la Argentina misma, imposibilitar a nuestro país como destino (sic), y limitar nuestras posibilidades.
3) La enfermedad epidémica para la que no se ha desarrollado ninguna vacuna seguramente podrá afectar a la Argentina misma, imposibilitar a nuestro país como destino (sic), y limitar nuestras posibilidades.
No pretendo ser estúpidamente optimista (creo que todos los tontos son optimistas pero no todos los optimistas son tontos) pero pienso que el norte argentino no vá a apoyar a sus gobernadores y legisladores con su voto ni siquiera para las candidaturas testimoniales.
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Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.
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