miércoles, 15 de abril de 2009

LA DESTRUCCION DE LA CASA DEL PUEBLO Y DE LA BIBLIOTECA OBRERA JUAN B JUSTO

La sede del Partido Socialista fué destruida el

15 de abril de 1953

Al finalizar el acto organizado por la CGT en la Plaza de Mayo que culminó con la explosión de bombas que provocaron cinco muertos y casi docientos heridos, una columna de manifestantes tomó por la Avenida de Mayo y luego por Rivadavia deteniéndose alrededor de las 19 horas frente a la Casa del Pueblo, la sede del Partido Socialista y del órgano partidario La Vanguardia, ubicada en la cuadra del 2100. De pronto algunos manifestantes se dirigieron al edificio, que estaba cerrado, con intención de penetrar en el mismo. Ramón Muñiz, virtual secretario general del partido, que estaba en el interior con un centenar de delegados solicitó ayuda por teléfono a la seccional de policía pero el comisario le respondió que no tenía gente para enviar, por lo cual todos escaparon por los fondos mientras estallaba la puerta y entraban los agresores que, según algunos testigos, habían utilizado un camión municipal como ariete.

Subieron a la biblioteca ubicada en el primer piso y comenzaron a arrojar los libros a la calle y luego encendieron fuego a las instalaciones. Afirma Félix Luna:

"Hacia las 4 de la madrugada se desplomaron los techos y de la Casa del Pueblo sólo quedaron las paredes ennegrecidas. En ningún momento la policía intentó expulsar a los agresores; los bomberos aparecieron en pleno incendio, pero se limitaron a evitar que se propagara a las vecindades."

José Tristán Ginzo, caricaturista político cuyos muñecos simbolizaron toda una época durante la cual el periódico socialista La Vanguardia se erigió en el máximo vocero del antiperonismo, que estaba fuera del edificio hizo este relato:

"Me encontraba de mirón en la esquina, de pronto apareció en el lugar el doctor Alfredo Palacios, éste, enardecido al ver cómo eran incendiados los talleres en donde se imprimía el periódico, y con ellos la mayor biblioteca obrera del país —tenía más de cien mil volúmenes—, increpó al oficia! de policía: «Pero, ¿cómo es que no impide este salvajismo?». A lo que aquél respondió: «Vea, doctor, .mejor que se calme . . . ¡Son órdenes de arriba!»".
Con las llamas se perdió la primera (y única) colección de periódicos obreros que existía en el país; los archivos de la redacción, los muebles, la sala de máquinas y todas las pertenencias del Partido Socialista. Curiosamente, sólo se rescató el fichero de afiliados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A quienes quieran agregar comentarios les invito a hacerlo de buena fe, en términos correctos y altura intelectual. No discrimino a quienes no piensan como yo.
Tampoco los elogios me harán perder la ecuanimidad.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

ACABO DE LLEGAR.

En realidad siempre estoy llegando.
Y cuando Uds. lleguen me encontrarán aquí, o en otra parte pero cerca.
Nunca me detengo, en realidad siempre estoy yendo.
Detenerse es dejar pasar el tiempo, moverse es despertar el tiempo adormecido.
Al fin y al cabo, adormecerse no está tan mal, pero por esas costumbres repetidas y transmitidas desde que los abuelos eran jóvenes, no hay que quedarse dormido.
Salvo cuando te mandaban a dormir, y uno no quería cerrar los ojos. Vale decir, dormirse no está bien, pero no hay que querer no dormirse.
Esto es lo que hace a la vida incomprensible. Casi todo lo que me gusta y divierte si no está prohibido, al menos está mal visto.

Jorge

Etiquetas